Textos




2022 Low, Malena
2021 Laxagueborde, Juan (Jennifer)
2021 Granillo, Lola (Primo)
2021 Lebenglik, Fabián (Página12/Cultura)
2021 Fundación Malba
2020 Alessio, Marina (Jennifer) 
2020 Torres, Facundo René (Segunda Epoca)
2020 Villanueva, Santiago (Segunda Epoca) 
2020 Rubio, Marisa (Segunda Epoca)
2020 Schevach, Gabriela (arteBA Fundación)
2019 Aracil, Alfredo (Otra Parte)
2018 Bentivegna, Diego (Op. Cit.)
2017 Vignoli, Beatriz (Página12/Rosario)
2016 Iglesias, Claudio
2016 Silvestri, Carlos
2015 Vignoli, Beatriz (Página12/Rosario)
2015 Milano Questa, Naranja (Mansilla)
2015 Iglesias, Claudio (Baltasara)
2015 Gainza, María (La Maison Rouge)
2014 Shulman, Liv (Diario El Flasherito)
2014 Schevach, Gabriela (Rev)
2013 Cippolini, Rafael (Revista Ñ)
2012 Zuluaga, Natalia (CIFO)
2012 Vignoli, Beatriz (Página12/Rosario)
2012 Katzenstein, Inés (Pul)
2012 Fuentes Guaza, Luisa (CIFO)
2011 Vignoli, Beatriz (Página12/Rosario)
2011 Fernández Irusta, Diana (La Nación/Revista)
2010 Fuentes Guaza, Luisa (Index Box)
2009 Rubio, Marisa (Página12/Radar FAN)
2009 Iglesias, Claudio (CCEBA Texto curatorial)
2009 Iglesias, Claudio (CCEBA Catálogo)
2009 García Navarro, Santiago (Revista Exit)
2008 Villa, Javier (La Nacion/ADN Cultura)
2008 San Martín, Raquel (La Nación/Cultura)
2008 Lebenglik, Fabián (Página12)
2008 Iglesias, Claudio (La Nación/Cultura)
Clara Smart  
Un ejercicio de Naranja Milano Questa

Claudio Iglesias  
2016

(Versión pdf)


A diferencia de las terapias, el arte no tiene una razón. “Una razón real”, le dice la psicóloga a Clara Smart. Como si le dijera: no sos real. No existís. Los psicólogos se dan cuenta de las cosas.Clara existe únicamente como ejercicio de Naranja Milano Questa, en el marco de una teoría de la actuación. (El fundamento de la teoría, que se explicita por separado, es la construcción de personajes en interacciones cotidianas.) Oportunamente Milano Questa se puso un nombre falso, una peluca, consiguió un grabador, bocetó una historia (una vida: la vida de Clara) y con todo eso encima fue a decenas y decenas de sesiones de psicoterapia en el Hospital Ameghino de esta ciudad.Es decir que el personaje de Clara es una fábula, un correlato ficcional del ejercicio de Milano Questa de grabarse en sus sesiones con la psicóloga. Aunque eso pueda ser también una fábula, dentro de otra fábula.

*

“No estoy pudiendo hacer nada con lo que yo hago”, dice Clarita después de esperar cinco horas en la sala de admisión del servicio de salud mental de hospital. “Pienso en lo que hago y lo único que hago es trabajar para pagar un alquiler.”Clara tiene algo de heroína pop. Podría protagonizar el video de una canción como Pop Silvia o Promotora. Podría ser también un personaje de Dani Umpi, como la protagonista de Solo te quiero como amigo o de Miss Tacuarembó. Es la versión contemporánea de una midinette, una empleada de comercio enajenada por los problemas con su vocación,  con su trabajo, con su familia, con los hombres y con todo lo que se acumula y va formando una vida.

*

Pero Clara se desarrolla en un diálogo; por eso su estatus de personaje es un estatus participado. En la creación de Milano Questa influye también la anónima psicóloga del Ameghino. Y el diálogo que tienen, sembrado de desconfianza y lugares comunes, es una obra de arte abierta sobre el ruido del mundo. (Se ha definido a la entropía como un paulatino incremento del desorden: la vía narrativa de Milano Questa por eso es la de una narrativa entrópica.) El ruido del mundo puede ser una asamblea del hospital, la charla sobre el día que está lindo, o la preocupación porque la psicoanalizada ponga al desnudo su intimidad. Milano Questa puja por establecer su guión, que para desarrollarse necesita de la interlocución de Clara con la psicóloga. Este tire y afloje en el que el personaje hace fuerza para existir y sobrevivir a la marea disolvente de diálogos de ocasión y réplicas vanas le impone un tono, unos materiales, unos ritmos a un texto que persiste en organizarse pero siempre amenaza con una recaída en el colapso. Clara surge del esfuerzo cognitivo de Milano Questa por sostener el personaje en acción frente a la tormenta de trivialidad que procede de la psicóloga que interrumpe, se distrae o cambia de tema.El material de la historia es crudo, burdo. Una persona improvisa delante de otra que escucha y contesta. A su manera, son dos las que improvisan. Pero solo una de ellas tiene conciencia de la actuación. La mala fe se triplica: no hay armonía ni consecusión entre Naranja y Clara (la primera se retrae y opera a espaldas de la segunda), ni entre Clara y la psicóloga (que desconfía de los relatos artificiosos y al mismo tiempo bastos de su paciente) ni entre la psicóloga y Naranja (la profesional sistemáticamente pone obstáculos a su construcción narrativa):

–No sé, me quede pensando en lo que hablábamos de las ganas y… trataba de acordarme de cuáles fueron mis primeras ganas o de qué tuve muchas ganas, y… no sé, pensaba en esa maquinaria, en esa estructura grande y… siento que es como una especie de… de maquina sin vida. Y que la vida ahí sería como las ganas de hacer algo, que no importa que lo hagas o no…
–Te hago una pregunta –me interrumpe.
–Sí.
–¿Vos en tu trabajo tenés que hablar despacito?


*

Esta comedia de interrupciones tiene algunos temas recurrentes, propias de la psicoterapia: el dilema irresoluble de estar donde uno está o estar en un lugar mejor (el local de Palermo), la exigencia de poner otra personalidad en las interacciones cotidianas (“una especie de… una máscara”) y el hecho inevitable de tener un horizonte de posibilidades restringidas (del trabajo a casa y de casa al trabajo). Los tres motivos son solidarios: quien desea, desea algo más. Busca otras posibilidades. Quien quiere estar en otro lado, se enmascara. Pero no hay que olvidar que Clara es una fábula. Su vida reemplazable y trivial es una vida elegida, no por ella misma, sino por Milano Questa. Este es el realismo que tiene el trabajo. De todas las vidas posibles, Clara elige una vida mustia, grisácea. Podría volar sobre el desierto australiano en un jet privado. Podría tener un pasado misterioso y atractivo en Indonesia, o ser una estrella de la música popular en Corea. Puestos a inventar algo frente al psicoanalista, da igual confesar un affaire con un miembro de la realeza birmana o la potestad sobre una isla del Ganges. Pero, en lugar de hacer algo de esto, o cualquier otra cosa, Clara tiene un trabajo de atención al público, un monoambiente, un cúmulo de aspiraciones irrealizadas y una madre insoportable. Su neurosis severa es la coherencia de la autora. O sería mejor decir, de la actriz.